La fuerte e incesante presión ejercida sobre el stock de capital natural, por la creciente población humana, ha
vuelto apremiante la necesidad de hacer frente a dicho deterioro de los recursos naturales, para tal fin, como
alternativa emerge el concepto de desarrollo sustentable, el cual no debería estar opuesto al desarrollo económico;
no obstante, la maximización del crecimiento económico basado en el deterioro del capital natural, hace que hoy
en día estos dos conceptos, no sean compatibles.
El nuevo modelo de desarrollo económico, impulsa las bondades del mercado como elemento facilitador del
desarrollo, pues recordemos que uno de sus principales supuestos es que los mercados competitivos conllevan a
asignaciones óptimas de los recursos. En este sentido, el modelo ha demostrado no ser lo suficientemente rápido,
y en ocasiones francamente ineficaz, para conseguir los objetivos de un desarrollo económico benéfico para su
población y para la evolución de los principales agregados económicos.
En México se ha buscado instaurar un régimen jurídico normativo, que coordine las problemáticas ambientales y
la utilización sustentable del stock de capital natural, previendo que el grado de capacidad de dichas normas y su
aplicabilidad hagan de ellas mecanismos efectivos de preservación del ambiente y de los recursos naturales.
En este mismo sentido, la Carta Magna establece en su articulado diversas disposiciones de carácter ambiental
que son la base del sistema jurídico actual. Es importante mencionar que a partir del artículo 27, que se refiere a la
conservación de los recursos naturales, se ha dado suma importancia al medio ambiente,
en 1988, se publica la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), En México
dio inicio un nuevo periodo, en el cual se añadieron a las prioridades de Estado existentes: combate a la inflación,
ajuste macroeconómico recesivo, apertura comercial y privatización económica, el desarrollo sustentable.8
Dentro
de esta Ley, se reunieron un conjunto de herramientas jurídicas que han hecho posible los avances en torno a la
gestión ambiental, ya que no sólo regulan la contaminación ambiental, sino que también incorpora el tema del uso
sustentable de los recursos naturales. Además, existen otros ordenamientos que regulan conductas que inciden en
la protección de medio ambiente como son la Ley de Vida Silvestre, la Ley Forestal, la Ley de Pesca, la Ley de Bienes
Nacionales que ordena la Zona Federal Marítimo Terrestre, la Ley de Aguas Nacionales.